Tuesday 4 November 2008


Escucha una cosa que te voy a decir, aunque te duela el alma como me duele a mí. Podría engañarte si se me diera mentir, el caso es que no puedo enamorarme de ti. No puedo enamorarme de ti... Nadie te roba nada, nadie ocupa un lugar, de nadie son los besos de los labios del mar. De nadie es el camino que no mira hacia atrás donde se desangran las estatuas de sal. Si quieres quererme voy a dejarme querer, si quieres odiarme no me tengas piedad. Pero hay una cosa que no vas a lograr y es hacer negocios con la necesidad.
Este adiós, no maquilla un "hasta luego", este nunca, no esconde un "ojalá", estas cenizas, no juegan con fuego, este ciego, no mira para atrás. Este notario firma lo que escribo, esta letra no la protestaré, ahórrate el acuse de recibo estas vísperas, son las de después. A este ruido, tan huérfano de padre no voy a permitirle que taladre un corazón,
podrido de latir este pez ya no muere por tu boca, este loco se va con otra loca, estos ojos no lloran más por ti.
No abuses de mi inspiración, no acuses a mi corazón tan maltrecho y ajado que
está cerrado por derribo. Por las arrugas de mi voz se filtra la desolación de saber que estos son los últimos versos que te escribo, para decir "condios", a los dos nos sobran los motivos.

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